Aprendé qué hacer cuando entra un insecto en el oído
Un cuerpo extraño que se ha instalado en el oído puede producir dolor y molestia en todos. Si bien no es algo frecuente, tampoco es una situación insólita que uno pueda ser víctima de un bichito que haya ingresado.
Normalmente, los adultos suelen notar cuando hay un objeto extraño en el órgano del cuerpo humano en cuestión, pero los niños no siempre son conscientes de esto. Muchas veces hasta jugando pueden sufrirlo y luego olvidarse. Sean grandes o pequeños, en el caso de los insectos, hasta puede producirse mientras uno duerme.
La elección de esa zona no es algo que no tenga explicación. ¿por qué pueden llegar a ingresar allí? Porque el interior del canal auditivo es oscuro, cálido y protegido, es decir que para un insecto es un hábitat ideal. Si bien la cera protege, ese líquido amarillento es bastante pegajoso, lo que podría provocar que el bicho no pueda salir.
¿Cuáles son los pasos a seguir de ocurrir esto?
- En primera instancia, no hay que desesperarse ni entrar en pánico, sino todo lo contrario: mantener la tranquilidad para poder actuar correctamente. En ese contexto de calma, se podrá detectar si efectivamente se siente un sonido crujiente o de percusión, posiblemente acompañado de un cosquilleo.
- De ser acertado esto, lo que menos hay que hacer es intentar extraerlo con cualquier herramienta, ya sea un hisopo o una pinza de depilar, porque podría correr el riesgo de introducirlo aún más o, peor aún, dañar el tímpano.
- Lo que sí se puede proceder a realizar es a colocar el oído del lado afectado hacia abajo. Sin golpear la cabeza, sacudir levemente en dirección al suelo con el fin de que el insecto busque salir por sus propios medios.
- De no ser efectivo, se puede girar la cabeza, dejando la oreja hacia arriba, iluminar el oído como una manera de “indicarle el camino de salida”.
También, se puede emplear agua, aceite mineral, de oliva o infantil para hacer flotar y ahogar al insecto. Este no tiene que estar caliente, sino a temperatura templada.
Más allá de que estos son los primeros métodos que se podrían intentar efectuar, muchas veces por el apuro o la rapidez con la que se quiere actuar, se termina empeorando la cuestión. Por eso, se aconseja acudir a un especialista que, al estar acostumbrado a este tipo de episodios, sabrá de qué manera manejarse.