¿Cuál es el estudio de oídos que se le realiza al recién nacido?
A los exámenes físicos de rutina que se le practican al bebé apenas nace, se le ha sumado como recomendación en muchos países la realización de un screening auditivo neonatal. ¿De qué se trata?
Con el objetivo de certificar el correcto funcionamiento del oído, normalmente se evalúa el reflejo cocleopalpebral a través de un estímulo cerca del bebé -como un aplauso- y observar la reacción como el cierre de ojos o el fruncido del ceño.
No obstante, en los últimos años se ha agregado a los análisis de rutina el screening dentro de las 48 horas y consiste en una prueba muy sencilla, indolora y rápida, de medición de otoemisiones acústicas.
¿Por qué se realiza este examen de oído al bebé?
Las deficiencias auditivas son condiciones de difícil detección en niños lactantes y preescolares. Sin embargo, se obtienen buenos resultados en diagnósticos dentro de los tres primeros meses de vida que brinda la posibilidad de intervenir antes de los seis meses y mejorar los pronósticos y calidad de vida.
La realización del screening auditivo neonatal permite constatar el correcto funcionamiento del oído. Las dificultades, como signos de hipoacusia, pueden recibir un tratamiento que será más eficaz en los primeros meses a diferencia de los niños de más edad.
Para ponderar la importancia de este análisis, se debe comprender que desde el primer segundo de vida, los bebés empiezan a registrar los sonidos del ambiente para desenvolverse y generar aprendizajes.
A medida que el niño va adquiriendo los sonidos y reconoce las palabras, podrá también prepararse para hablar. Un recién nacido que posea dificultades para escuchar estará condicionado a una comunicación con mayor dificultad y podrá también afectar su crecimiento cognitivo.
¿Cómo se realiza el estudio de audición en recién nacidos?
El examen de las emisiones otoacústicas lo efectúa un especialista otorrino, generalmente en el mismo sanatorio. Se utiliza un dispositivo de precisión que posee un audífono diminuto y un micrófono. Esta herramienta emitirá sonidos y medirá la respuesta a través del reflejo del eco registrado por el micrófono. Cuando el bebé posee cierta dificultad auditiva, el eco no puede ser medido por el dispositivo.
Normalmente, cuando el estudio de emisiones otoacústicas registra algún inconveniente para la audición, se practica en segunda instancia un examen de respuesta auditiva del tronco encefálico. Para este procedimiento, se colocan electrodos en la cabeza del bebé a fin de detectar respuestas a los estímulos.
La importancia de este estudio radica en la oportunidad de prevenir enfermedades que podrían afectar gravemente el desenvolvimiento del menor y así asegurarnos de que puedan alcanzar una mejor calidad de vida.