Dolor de oído: razones para no usar remedios caseros
Quién ha experimentado el dolor de oído sabe que por su intensidad y molestia, los pacientes se encuentran predispuestos a aceptar cualquier tipo de recomendación o remedios caseros. Pero, estas presuntas soluciones que no son diagnosticadas por un profesional, en la mayoría de los casos, agravan la situación.
El dolor agudo, punzante, ardiente o urticante de uno o ambos oídos es un síntoma que reviste la alarma suficiente para consultar con un especialista otorrino. Este padecimiento puede ser temporal o constante y responder a diversos orígenes.
¿Por qué no usar remedios caseros?
Seguramente habrán escuchado a alguna persona sugerir que se coloque un cono de papel y lo prenda fuego en la esquina para quemar el aire y absorber la humedad; aplicarse menta caliente con una toalla; introducir gotas de ajo, aceite de oliva o jengibre hervido para desinflamar.
Un recorrido por páginas de Internet, que carecen de fuentes científicas comprobables, ofrecen centenares soluciones de dudoso origen para mitigar el dolor. No obstante, estos remedios caseros pueden ser más perjudicial que de ayuda porque:
- La introducción de agentes extraños al oído pueden causar nuevas infecciones.
- Si se trata de una infección preexistente, al agregar productos no certificados se puede agravar la patología y desencadenar en una cuestión aún mucho más complicada de solucionar.
- Siempre se debe tener presente que los daños causados en el oído son, en general, IRREPARABLES. Es fundamental evitar cualquier acción que pueda perjudicar aún más al sistema auditivo.
Entonces, ¿qué debo hacer?
- Primero y principal, consultar a un profesional para determinar el origen del dolor.
- Crear un ambiente auditivamente sano, sin sobreexposición a ruidos y agentes contaminantes sonoros.
- Mantener el oído seco y desinfectado, sin introducir en él ningún agente casero que pueda causar nuevos inconvenientes a su salud.
Determinar el origen del problema es la mejor forma de llegar a una correcta solución. Cuando el dolor es temporal (durante dos semanas o menos), las causas más comunes son:
- Otitis media: Infección en el oído medio
- Otitis externa: infección del oído externo
- Barotrauma: Cambio súbito de presión.
En casos de que la afección se transforme en algo crónico (durante más de dos semanas), las causas más usuales son:
- Trastornos de la articulación temporomandibular
- Disfunción de la trompa de Eustaquio
- Otitis externa crónica
- Dolor referido desde las vertebras cervicales
Una causa menos frecuente, pero que no debe ser descartada hasta tener un diagnóstico certero, es la posibilidad de presentar algún tipo de cáncer, sobre todo en personas mayores. Por esto, y por todo lo mencionado anteriormente, es importante evitar remedios caseros y consultar a un profesional.