¿Cómo saber si tengo un insecto en el oído y qué debo hacer?
¿Sentís cosquilleo y ruidos continuos e intensos por el aleteo? Estos son los síntomas más usuales cuando se introduce un insecto en el conducto del oído. La intromisión de invertebrados en el sistema auditivo es mucho más frecuente en niños pero no excluye a adultos ya que los astutos ocupantes suelen hacer de las suyas mientras uno duerme plácidamente, o está desprevenido relajado al aire libre.
Gusanos, mosquitos, hormigas, polillas, ciempiés, arañas, garrapatas, en fin, una infinidad de insectos pueden tomar nuestro oído como su hogar y hasta dejar crías en él.
Nuestra cera será un aliado en tratar de evitar que los diminutos seres vivos causen daños, pero no podrá solo contra el asaltante. En caso de detectar que estamos alojando un ser vivo indeseado es preciso que se tomen los siguientes recaudos:
- Por sobre todas las cosas, mantener la calma.
- Iluminar el oído con una linterna o el celular para ver si el bicho decide seguir la luz y salir por su cuenta.
- Inclinar la cabeza sobre el oído afectado.
- Consultar con un especialista otorrinolaringólogo para retirarlo de manera apropiada y segura.
Aún cuando creamos que el insecto ha sido expulsado, es importante visitar al especialista para realizar la correcta evaluación y asegurarnos de que el huésped desafortunado no haya dejado secuelas durante su estadía o extracción.
Al sospechar de la presencia de un insecto en el oído, NUNCA se debe:
- Meter el dedo para intentar quitarlo.
- Tapar el oído.
- Sacarlo por cuenta propia con cualquier otro tipo de elemento.
- Introducir líquidos o pomadas sin prescripción.
Estas acciones lejos de ayudar a sacar el insecto, podrían desencadenar en infecciones y daños irreparables en el conducto auditivo. Un movimiento brusco o inesperado podría hasta perforar la membrana y afectar para siempre la calidad de vida del paciente.
La estructura del oído es muy sensible y su alteración por un tratamiento inapropiado puede causar incluso daños en el equilibrio y mareos, además de la pérdida de audición.
Por todo esto, siempre tenga presente consultar a un otorrinolaringólogo y atender a las recomendaciones que le sugiera para preservar la salud auditiva y evitar daños mayores.
