hemorragias nasales repetitivas 

¿Por qué tengo hemorragias nasales repetitivas?

¿Quién no ha sido víctima de un sangrado nasal en su vida? Esto puede ser consecuencia de varios factores comunes y sin preocupación. Pero, a veces, hay que estar atentos debido a que a algunas personas les sucede con menor frecuencia, mientras que otras lo padecen de manera repetitiva.

La nariz posee una gran cantidad de vasos sanguíneos frágiles y de pequeño tamaño en su interior. El aire que se mueve por dentro puede secar e irritar las membranas que recubren su interior y se pueden formar costras que pueden sangrar. Un gran porcentaje de las hemorragias se producen en la parte frontal del tabique y suele darse más en un orificio que en el otro.

Según explican algunos especialistas, la mayoría de los sangrados nasales se producen debido a factores menores. Las causas pueden ser variadas:

  • Irritaciones por alergias o resfríos.
  • Por haberse sonado la nariz con mucha fuerza.
  • Aire muy frío o seco.
  • Sinusitis.
  • Introducción del dedo.

Si bien es algo típico esto, hay algunas situaciones en las que se debe dar una importancia debida, ya que podría tratarse de una lesión nasal, un tabique desviado, un objeto atascado, entre otras:

  • Cuando no cesa espontáneamente (el tiempo que se considera va entre 7 a 15 minutos) o con las medidas básicas.
  • Cuando la cantidad es superior a la normal.
  • Cuando la sangre discurre por nariz y boca simultáneamente.

En este contexto, se debe tener en cuenta que, cuando hay hemorragias nasales repetitivas, pueden ser un síntoma de otra enfermedad que padezca la persona, como hipertensión arterial, un trastorno hemorrágico o un tumor de la nariz o de los senos paranasales.

¡Importante!

En caso de notar algún tipo de rareza o considerar que padece un sangrado reiterado de nariz, se aconseja acudir rápidamente a un otorrinolaringólogo para que pueda evaluar su caso en particular.

Debido a que algunos sangrados severos podrían terminar en una intervención quirúrgica, es factible que el médico le solicite que se realice estudios como un hemograma, para detectar si tiene anemia o para controlar otros parámetros; un coagulograma; una tomografía computada de macizo craneofacial sin contraste; o una rinofibrolaringoscopía.

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