¿Cuáles son las causas más comunes de disfonía en adultos?
La gran mayoría de las personas adultas pasaron en algún momento por un estado de disfonía y generalmente lo primero que se piensa es que se “esforzó mucho la voz” o “tomó frío”. La disfonía es una señal que expresa un problema y es importante atenderlo para saber su verdadero origen y no desmerecer una expresión del cuerpo que podría ser el alerta de un problema mayor.
Para empezar es preciso diferenciar entre disfonía y afonía. En el primer caso la persona es capaz de hablar con menor calidad acústica, ya sea por una variación en el timbre, la intensidad y la altura tonal, mientras que la afonía es la pérdida total que puede ser el final de una disfonía crónica.
La disfonía en adultos es causada por la alteración de los mecanismos de adaptación y coordinación de las distintas estructuras que intervienen en la producción de la voz. Este origen del síntoma puede ser funcional, cuando no presentan alteración visible en cuerdas vocales durante el examen laringoscópico, u orgánico cuando existe una lesión en las cuerdas vocales.
Los más comunes son los casos de disfonías funcionales que pueden ser:
- Por musculotensión por hiperfunción por una fonación tensa o su contrapartida la hipofunción por debilitamiento del músculo.
- Pitiática generalmente ante un episodio que causó gran estrés.
- Espásmódica: se origina por movimientos o espasmos de los músculos de la laringe que hacen que se quiebre la voz.
Causas para la disfonía orgánica
- Laringitis virales o por reflujo gastroesofágico
- Golpes o hematomas intracordales
- Surcos, nódulos, pólipos o quistes de las cuerdas vocales.
- Tumor de cuerdas vocales
- Distonía laríngea o contracción involuntaria del músculo
- Inflamación Edema de Reinke
- Estenosis o estrechamiento laríngea
- Leucoplasia
- Queratosis
El estrés puede provocar psicosomatizaciones en la calidad de la voz del mismo modo que un embarazo o un intervención quirúrgica puede producir disfonía al modificar la pared abdominal.
Existen además hábitos que favorecen la aparición de disfonía, aunque no son su causa, como:
- El tabaquismo
- El alcohol
- Trabajos que requieren esfuerzos de las cuerdas vocales
- Exposiciones prolongadas a ambientes ruidosos
- Infecciones pulmonares
En definitiva, es importante que ante una disfonía prolongada se consulte con un otorrinolaringólogo para llegar a un diagnóstico apropiado y descartar o detectar a tiempo causantes graves del síntoma.